Imagina que te encuentras atrapado en arenas movedizas. Lo primero que sientes es miedo: el terreno parece inestable, te hundes lentamente, y todo tu instinto te grita que debes luchar para salir. Empiezas a mover las piernas y los brazos frenéticamente, intentando liberarte. Pero, cuanto más luchas, más te hundes. Cada movimiento desesperado compacta el suelo a tu alrededor, y te arrastra aún más.

Sin embargo, hay una salida que parece contraria a la lógica: si dejas de resistirte, si te relajas y distribuyes tu peso hacia atrás, flotarás sobre las arenas. Desde ahí, puedes moverte lentamente hacia la seguridad.

Esta metáfora muestra cómo, en la vida, cuando intentamos desesperadamente escapar de emociones difíciles como el miedo, la tristeza o la ansiedad, nuestra lucha suele hacer que estas emociones se intensifiquen. El sufrimiento aumenta porque estamos gastando toda nuestra energía en resistirlas, en lugar de aceptar su presencia. Pero al dejar de luchar y «relajarnos» frente a estas experiencias, podemos reducir su impacto, permitiéndonos avanzar con mayor claridad hacia lo que realmente valoramos.

Objetivo terapéutico:
La metáfora de las arenas movedizas ilustra el concepto de aceptación en ACT. La aceptación no significa resignarse ni aprobar el dolor, sino permitir que las emociones y pensamientos difíciles estén presentes sin pelear con ellos. Este cambio de actitud permite que la persona conserve su energía para enfocarse en lo que realmente importa, en lugar de quedar atrapada en una lucha interminable contra su propio malestar.

También muestra que intentar controlar o evitar constantemente nuestras experiencias internas puede ser contraproducente, mientras que la apertura a esas experiencias puede ayudarnos a vivir con mayor libertad y flexibilidad.

Ejemplo práctico:
Un cliente podría decir: «Cuando siento ansiedad, intento distraerme, respirar rápido o pensar en otra cosa, pero no sirve; siento que me hundo más». Usando esta metáfora, el terapeuta podría responder:

• «Lo que describes es como estar atrapado en arenas movedizas. Cuanto más luchas, más parece atraparte la ansiedad. ¿Qué pasaría si, en lugar de resistirla, trataras de dejarla estar y te enfocaras en lo que está bajo tu control? Como en las arenas movedizas, relajarte puede ayudarte a recuperar el equilibrio y a encontrar un camino para seguir adelante.»

Ejercicio práctico para clientes:

1. Identifica una emoción difícil: Piensa en una emoción o pensamiento que has estado evitando o luchando contra.
2. Visualiza las arenas movedizas: Cierra los ojos e imagina que estás atrapado en arenas movedizas. Observa cómo reaccionas inicialmente: ¿luchas? ¿resistes?
3. Practica la aceptación: Ahora, en lugar de luchar, imagina que te relajas, permites que la emoción esté ahí y distribuyes tu peso de manera uniforme, confiando en que flotarás.
4. Vuelve a tus valores: Con esta calma, reflexiona: ¿qué acción puedes tomar que sea coherente con lo que más valoras, incluso en presencia de esta emoción?